Seguirte a Ti es nuestro tesoro. Seguirte aunque se tuerzan los caminos. Seguirte aunque tu Nombre sea olvidado. Seguirte aunque se cierna la noche.
Seguirte más allá de nuestras dudas y de nuestros entusiasmos. Seguirte con el corazón y con el alma. Seguirte con todas nuestras fuerzas.
Como Pedro, como Felipe, como Natanael, como te siguieron los primeros, pasados, como ellos, a fuego por la Pascua para ser de veras lo que ya somos y lo que todavía seremos. Amén.
Que tengan un buen día.
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