Si no veis signos y prodigios, no creéis
Jesús iba hacia Galilea y le pidieron que curase a un chico. Y de su boca salió este pequeño reproche hacia los que le escuchaban. Y puede que hacia nosotros.
Puede que solo nos dirijamos a Él para pedir cosas imposibles. Y apelamos a su piedad o a su misericordia. "Si me concedes tal cosa, yo seré un buen cristiano...", o decimos cosas parecidas.
Es un poco pobre la visión de crecer en la fe a cambio de un milagro. Y lo curioso es que tenemos ocasión, cada día, de asistir a muchos milagros cotidianos. Búscalos, que ahí están. Y ya no tendrás excusa, si quieres milagros, para que tu fe no crezca.
Feliz semana
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