Todos los domingos por la mañana, Eucaristía con los jóvenes

Todos los domingos por la mañana, Eucaristía con los jóvenes
Altar. Capilla Ntra Sra. del Rosario.

jueves, 25 de septiembre de 2014

CANCIONES PARA EL DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO (a)


LECTURAS DEL DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO (A)

Primera lectura

Lectura de la profecía de Ezequiel (18,25-28):
Así dice el Señor: «Comentáis: "No es justo el proceder del Señor". Escuchad, casa de Israel: ¿es injusto mi proceder?, ¿o no es vuestro proceder el que es injusto? Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió. Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él mismo salva su vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 24,4bc-5.6-7.8-9

R/.
Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna

Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador,
y todo el día te estoy esperando. R/.

Recuerda, Señor,
que tu ternura y tu misericordia son eternas;
no te acuerdes de los pecados
ni de las maldades de mi juventud;
acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor. R/.

El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (2,1-11):
Si queréis darme el consuelo de Cristo y aliviarme con vuestro amor, si nos une el mismo Espíritu y tenéis entrañas compasivas, dadme esta gran alegría: manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir. No obréis por rivalidad ni por ostentación, dejaos guiar por la humildad y considerad siempre superiores a los demás. No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás. Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús. Él, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

Palabra de Dios

Evangelio

Evangelio según san Mateo (21,28-32), del domingo, 28 de septiembre de 2014
Lectura del santo evangelio según san Mateo (21,28-32):
En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: "Hijo, ve hoy a trabajar en la viña." Él le contestó: "No quiero." Pero después recapacitó y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: "Voy, señor." Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?»
Contestaron: «El primero.»
Jesús les dijo: «Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creísteis.»

Palabra del Señor

PAPA FRANCISCO: LOS CRISTIANOS QUE VIVEN PARA LA VANIDAD "PARECEN PAVOS"

Papa Francisco (Foto Walter Sánchez Silva / ACI Prensa) 


VATICANO, 25 Sep. 14- El Papa Francisco reflexionó en su homilía de esta mañana en la Casa Santa Marta sobre la vanidad y en la necesidad de luchar contra este pecado toda la vida, ya que es “una enfermedad espiritual muy grave”.
Según señala Radio Vaticana, el Santo Padre tomó el ejemplo del libro de Eclesiastés para detenerse sobre la vanidad. Una tentación, señaló, que existe no sólo para los paganos, sino también para los cristianos, para "la gente de fe".
Jesús, recordó el Papa, "regañó mucho" a los que se jactaban. Para los doctores de la ley, añadió, decía que no deben "pasearse por las plazas" con "ropa de lujo" como "príncipes". Cuando tú rezas, ponía en guardia el Señor: "por favor, no te hagas ver, no reces porque te vean”, “ora en secreto, entra en tu cuarto”. Lo mismo, dijo el Pontífice, se debe hacer cuando ayudas a los pobres: "No toques trompeta, hazlo a escondidas. El Padre lo ve, es suficiente".
“Pero el vanidoso: ‘pero mira, yo doy este cheque para las obras de la Iglesia’ y hace ver el cheque; luego estafa por otra parte a la Iglesia. Es lo que hace el vanidoso: vive para aparentar. ‘Cuando ayunes –les dice el Señor a éstos– por favor no te hagas el melancólico, el triste, para que todos se den cuenta. Haz penitencia con alegría, para que nadie se dé cuenta. Y la vanidad es así: es para aparentar, vivir para hacerse ver”.
"Los cristianos que viven así –continuó el Papa– para aparentar, por la vanidad, parecen pavos, se pavonean”. Se dice “yo soy cristiano, yo soy familiar de aquel cura, de aquella monja, de ese obispo, mi familia es una familia cristiana”. "Se jactan". Pero –preguntó el Papa – ¿tu vida con el Señor? ¿Cómo rezas? Tu vida con las obras de misericordia, ¿cómo va? ¿Visitas a los enfermos?”.
Es por esto que Jesús “nos dice que debemos construir nuestra casa, es decir, nuestra vida cristiana sobre la roca, en la verdad". En cambio, fue su advertencia, "los vanidosos construyen la casa sobre la arena y la casa cae, la vida cristiana se cae, resbala, porque no es capaz de resistir a las tentaciones".
"Cuántos cristianos viven para aparentar. Su vida parece como una burbuja de jabón. ¡Es hermosa la burbuja de jabón! ¡Con todos los colores que tiene! Pero dura un segundo y luego ¿qué? También cuando nos fijamos en algunos monumentos fúnebres, pensamos que es vanidad, porque la verdad es volver a la tierra desnuda, como decía el Siervo de Dios Pablo VI. Nos espera la tierra desnuda, ésta es nuestra verdad final. Mientras tanto ¿me enorgullezco o hago algo? ¿Hago el bien? ¿Busco a Dios? ¿Rezo? Las cosas que tienen consistencia. Y la vanidad es una mentirosa, es imaginativa, se engaña a sí misma, engaña a los vanidosos, porque primero finge que es algo, pero luego con el tiempo llega a creerse lo que en su opinión era. Se la cree, ¡pobrecito!”
El Santo Padre dijo luego que esto era lo que le pasaba al tetrarca Herodes, que, como leemos en el Evangelio de hoy, se preguntaba con insistencia sobre la identidad de Jesús. "La vanidad, -dijo el Papa - siembra un mal malestar, quita la paz. Es como aquellas personas que se maquillan mucho y luego temen que la lluvia les quite todo”. "No nos da paz la vanidad -señaló- sólo la verdad nos da la paz".
El Pontífice reiteró que la única roca sobre la que construimos nuestra vida es Jesús. "Y pensamos en esta propuesta del diablo, del demonio, que también tentó a Jesús en el desierto: la vanidad" y le dijo al Señor "ven conmigo, subamos al templo, hagamos el espectáculo; te tiras abajo y todos creemos en ti". El diablo había presentado a Jesús "la vanidad en una bandeja". La vanidad, dijo Francisco, "es una enfermedad espiritual muy grave".
El Santo Padre explicó finalmente que "los Padres egipcios del desierto decían que la vanidad es una tentación contra la que hay que luchar toda la vida, porque siempre vuelve a sacarnos la verdad. Y para entender esto decían es como la cebolla. La agarras y la empiezas a pelar. Y pelas la vanidad hoy, un poco de vanidad mañana y toda la vida pelando la vanidad para vencerla. Y al final eres feliz: me quité la vanidad, pelé la cebolla, pero el olor se queda en tu mano. Pidamos al Señor la gracia de no ser vanidosos, de ser verdaderos, con la verdad de la realidad y del Evangelio”.

sábado, 20 de septiembre de 2014

CANCIONES PARA EL DOMINGO XXV DEL TIEMPO ORDINARIO (A)


LECTURAS DEL DOMINGO XXV DEL TIEMPO ORDINARIO (A)

Primera lectura

Lectura del libro de Isaías (55, 6-9):
Buscad al Señor mientras se le encuentra, invocadlo mientras esté cerca; que el malvado abandone su camino, y el criminal sus planes; que regrese al Señor, y él tendrá piedad; a nuestro Dios, que es rico en perdón. Mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son mis caminos –oráculo del Señor–. Como el cielo es más alto que la tierra, mis caminos son más altos que los vuestros, mis planes que vuestros planes.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 144

R/.
Cerca está el Señor de los que lo invocan

Día tras día, te bendeciré, Dios mío
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor y merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza. R/.

El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R/.

El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones;
cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (1,20c-24.27a):
Cristo será glorificado en mi cuerpo, sea por mi vida o por mi muerte. Para mí la vida es Cristo, y una ganancia el morir. Pero, si el vivir esta vida mortal me supone trabajo fructífero, no sé qué escoger. Me encuentro en ese dilema: por un lado, deseo partir para estar con Cristo, que es con mucho lo mejor; pero, por otro, quedarme en esta vida veo que es más necesario para vosotros. Lo importante es que vosotros llevéis una vida digna del Evangelio de Cristo.

Palabra de Dios

Evangelio

Evangelio según San Mateo (20,1-16), del domingo, 21 de septiembre de 2014

Lectura del Santo Evangelio Según San Mateo (20,1-16):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «El Reino de los Cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: "Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido." Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: "¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?" Le respondieron: "Nadie nos ha contratado." Él les dijo: "Id también vosotros a mi viña." Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al capataz: "Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros." Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo: "Estos últimos han trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno." Él replicó a uno de ellos: "Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?" Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos.»

Palabra del Señor

domingo, 14 de septiembre de 2014

CANCIONES PARA EL DOMINGO DE LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ.



LECTURAS DE LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ

Primera lectura

Lectura del libro de los Números (21,4b-9):
En aquellos días, el pueblo estaba extenuado del camino, y habló contra Dios y contra Moisés: «¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y nos da náusea ese pan sin cuerpo.»
El Señor envió contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían, y murieron muchos israelitas.
Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo: «Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti; reza al Señor para que aparte de nosotros las serpientes.»
Moisés rezó al Señor por el pueblo, y el Señor le respondió: «Haz una serpiente venenosa y colócala en un estandarte: los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirarla.»
Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte. Cuando una serpiente mordía a uno, él miraba a la serpiente de bronce y quedaba curado.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 77,1-2.34-35.36-37.38

R/.
No olvidéis las acciones del Señor

Escucha, pueblo mío, mi enseñanza,
inclina el oído a las palabras de mi boca:
que voy a abrir mi boca a las sentencias,
para que broten los enigmas del pasado. R/.

Cuando los hacía morir, lo buscaban,
y madrugaban para volverse hacia Dios;
se acordaban de que Dios era su roca,
el Dios Altísimo su redentor. R/.

Lo adulaban con sus bocas,
pero sus lenguas mentían:
su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza. R/.

Él, en cambio, sentía lástima,
perdonaba la culpa y no los destruía:
una y otra vez reprimió su cólera,
y no despertaba todo su furor. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (2,6-11):
Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

Palabra de Dios

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan (3,13-17):
En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.»

Palabra del Señor

Crímenes y masacres suman una tercera guerra mundial combatida "por partes" dice el Papa.

Papa Francisco en cementerio militar de Redipuglia. Foto: L'Osservatore Romano
Papa Francisco en cementerio militar de Redipuglia. Foto: L'Osservatore Romano
VATICANO, 13 Sep. 14.- En la Misa celebrada hoy ante más de 10 mil fieles en el cementerio monumental de Redipuglia, durante su visita a la región italiana de Friuli Venezia, el Papa Francisco señaló que en la actualidad los crímenes, masacres y destrucciones suman una tercera guerra mundial, que es combatida “por partes”.
En el cementerio militar de Redipuglia, que visitara San Juan Pablo II en 1992, reposan los cuerpos de 100 mil jóvenes soldados caídos durante la I Guerra Mundial, de cuyo inicio en 2014 se cumplen 100 años. Sesenta mil de estos fallecidos aún permanecen sin identificar.
En este camposanto, el Santo Padre recordó el sacrificio y el sufrimiento los caídos en todas las guerras.
En la Misa participaron el Arzobispo de Viena (Austria), Cardenal Christoph Schonborn, y el Arzobispo de Zagreb, Cardenal Josip Bozani?, además de Obispos procedentes de Eslovenia, Austria, Hungría y Croacia.
En su homilía, el Papa Francisco señaló que “después de haber contemplado la belleza del paisaje de esta zona, en la que hombres y mujeres trabajan para sacar adelante a sus familias, donde los niños juegan y los ancianos sueñan… encontrándome aquí, en este lugar, en este cementerio, solamente acierto a decir: la guerra es una locura”.
“Mientras Dios lleva adelante su creación y nosotros los hombres estamos llamados a colaborar en su obra, la guerra destruye. Destruye también lo más hermoso que Dios ha creado: el ser humano”.
Francisco señaló que “la guerra trastorna todo, incluso la relación entre hermanos. La guerra es una locura; su programa de desarrollo es la destrucción: ¡querer desarrollarse, crecer mediante la destrucción!”.
Los motivos “que alimentan el espíritu bélico”, dijo, son “la avaricia, la intolerancia, la ambición de poder”. Estas razones, explicó, “a menudo encuentran justificación en una ideología; pero antes está la pasión, el impulso desordenado”.
“La ideología es una justificación, y cuando no hay una ideología, está la respuesta de Caín: ‘¿A mí qué me importa de mi hermano?, ¿A mí qué me importa? ¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?’”.
“La guerra no se detiene ante nada ni ante nadie: ancianos, niños, madres, padres… ‘¿A mí qué me importa?’”.
Francisco indicó que “sobre la entrada a este cementerio, se levanta el lema desvergonzado de la guerra: ‘¿A mí qué me importa?’. Todas estas personas, cuyos restos reposan aquí, tenían sus proyectos, sus sueños… pero sus vidas quedaron truncadas. Porque la humanidad dijo: ‘¿A mí qué me importa?’”.
“Hoy, tras el segundo fracaso de una guerra mundial, quizás se puede hablar de una tercera guerra combatida ‘por partes’, con crímenes, masacres, destrucciones”.
La actitud de desinterés por las personas que sufren por la guerra, “es justamente lo contrario de lo que Jesús nos pide en el Evangelio. Lo hemos escuchado: Él está en el más pequeño de los hermanos. Él, el Rey, el Juez del mundo, es el hambriento, el sediento, el forastero, el encarcelado”.
“Quien cuida al hermano entra en el gozo del Señor; en cambio, quien no lo hace, quien, con sus omisiones, dice: ‘¿A mí qué me importa?’, queda afuera”.
El Santo Padre lamentó que “también hoy hay tantas víctimas… ¿Cómo es posible esto? Es posible porque también hoy, en la sombra, hay intereses, estrategias geopolíticas, codicia de dinero y de poder, y está la industria de las armas, que parece ser tan importante”.
“Y estos planificadores del terror, estos organizadores del desencuentro, así como los fabricantes de armas, llevan escrito en el corazón: ‘¿A mí qué me importa?’”.
El Papa dijo que “es de sabios reconocer los propios errores, sentir dolor, arrepentirse, pedir perdón y llorar”.
“Con ese ‘¿A mí qué me importa?’, que llevan en el corazón los que negocian con la guerra, quizás ganan mucho, pero su corazón corrompido ha perdido la capacidad de llorar”.
“Ese ‘¿A mí qué me importa?’ impide llorar. Caín no lloró. La sombra de Caín nos cubre hoy aquí, en este cementerio. Se ve aquí. Se ve en la historia que va de 1914 hasta nuestros días. Y se ve también en nuestros días”.
Francisco señaló que “con corazón de hijo, de hermano, de padre, pido a todos ustedes y para todos nosotros la conversión del corazón, pasar de ese ‘¿A mí qué me importa?’ al llanto”.
Llanto, dijo el Papa, “por todos los caídos de la ‘masacre inútil’, por todas las víctimas de la locura de la guerra de todos los tiempos”.
“Hermanos la humanidad tiene necesidad de llorar, y ésta es la hora del llanto”, concluyó.

jueves, 4 de septiembre de 2014

CANCIONES PARA EL DOMINGO XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO (A)


LECTURAS DEL DOMINGO XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO (A)

Primera lectura

Lectura de la profecía de Ezequiel (33,7-9):
Así dice el Señor: «A ti, hijo de Adán, te he puesto de atalaya en la casa de Israel; cuando escuches palabra de mi boca, les darás la alarma de mi parte. Si yo digo al malvado: "¡Malvado, eres reo de muerte!", y tú no hablas, poniendo en guardia al malvado para que cambie de conducta, el malvado morirá por su culpa, pero a ti te pediré cuenta de su sangre; pero si tú pones en guardia al malvado para que cambie de conducta, si no cambia de conducta, él morirá por su culpa, pero tú has salvado la vida.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 94,1-2.6-7.8-9

R/.
Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor:
«No endurezcáis vuestro corazón»

Venid, aclamemos al Señor,
demos vitores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos. R/.

Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. R/.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masa en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras.» R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (13,8-10):
A nadie le debáis nada, más que amor; porque el que ama a su prójimo tiene cumplido el resto de la ley. De hecho, el «no cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no envidiarás» y los demás mandamientos que haya, se resumen en esta frase: «Amarás a tu prójimo como a tí mismo.» Uno que ama a su prójimo no le hace daño; por eso amar es cumplir la ley entera.

Palabra de Dios

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (18,15-20):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un gentil o un publicano. Os aseguro que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo. Os aseguro, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre del cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.»

Palabra del Señor

Papa Francisco a cristianos iraquíes: La Iglesia sufre con ustedes y los lleva en su corazón.

Imagen referencial. Foto: Flickr Yas Albaz (CC-BY-2.0)
Imagen referencial. Foto: Flickr Yas Albaz (CC-BY-2.0)
VATICANO, 03 Sep. 14 “Ustedes son su fortaleza y su testimonio concreto y auténtico”, expresó en árabe este miércoles el Papa Francisco a los cristianos perseguidos en Irak por el Estado Islámico (ISIS) y les aseguró que la Iglesia como Madre está sufriendo con ellos y los lleva en su corazón.
 “La Iglesia es Madre y como todas las madres sabe acompañar al hijo necesitado, levantar al hijo caído, curar al enfermo, buscar al perdido y sacudir al dormido, así como defender a los hijos indefensos y perseguidos”, afirmó el Papa al término de la Audiencia General.
“Hoy quisiera asegurarles, especialmente a estos últimos, la cercanía: están en el corazón de la Iglesia; la Iglesia sufre con ustedes y se honra con ustedes; ustedes son su fortaleza y su testimonio concreto y auténtico de su mensaje de salvación, de perdón y de amor. ¡El Señor los bendiga y proteja!”, expresó desde la Plaza de San Pedro.
El Papa sigue de cerca lo que sucede con los cristianos y otras minorías perseguidas en Irak y Siria. Con el fin de atenderlos, envío del 12 al 20 de agosto al Cardenal Fernando Filoni para que visite Erbil -capital del Kurdista-, donde permanecen refugiados unos 70.000 cristianos. Durante su visita, el Purpurado entregó de parte del Santo Padre un millón de dólares como ayuda para los fieles y las otras minorías que huyen del ISIS.
Asimismo, el Papa ha exhortado a la comunidad internacional a detener al Estado Islámico, el “injusto agresor” que sigue persiguiendo y asesinando a todo el que no comparte su visión o se niega a convertirse al Islam.
Asimismo, el 10 de agosto, tras el rezo del Ángelus, Francisco condenó los asesinatos y expulsiones de miles de cristianos. “Niños que mueren de sed y de hambre durante la fuga; mujeres secuestradas; personas masacradas; violencias de todo tipo; destrucción por todas partes, de casas, de patrimonios religiosos, históricos y culturales”, denunció.
“¡Todo esto ofende gravemente a Dios y a la humanidad. ¡No se odia en nombre de Dios! ¡No se hace la guerra en nombre de Dios! Todos nosotros pensando en esta situación, en esta gente, recemos en silencio”, exhortó.