Todos conocemos a personas que no creen. Y es que muchas veces no es fácil creer. Si no creemos por lo que nos dice el evangelio, no creeremos ni aunque resucite un muerto.
Pero ¿y si el que resucita es el mismo Dios?. Jesús resucitó por nosotros ofreciéndonos una razón para creer, una razón para la esperanza. Fe y esperanza van de la mano.
La fe es un don que podemos pedir a Dios. No pidamos milagros para probar la fe. ¿Qué mayor milagro que despertar cada día y poder disfrutar de la vida?.
Que tengan un buen día
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