Veía todo con claridad.
El evangelio de hoy nos habla de la curación de un ciego, de su fe y del proceso hasta que ve. Así somos nosotros a veces también.
Ciegos de vista y de corazón que pedimos a Dios con fe que nos cure de nuestra cegueras espirituales. Al principio vemos poco, pero luego vamos viendo más, a medida que crecemos en la fe.
Jesús, es el único que puede curar los ojos de nuestro corazón, el que siempre está dispuesto a ser nuestra luz para que lo veamos todo con claridad.
Buen día
No hay comentarios:
Publicar un comentario