Comían con las manos impuras.
Para los contemporáneos de Jesús era muy importante el tema de estar puros o impuros. Tenían leyes y leyes para establecer cuándo y cuándo no estaban "puros".
El no lavarse las manos antes de comer estaba mal visto. Y así se lo hicieron ver a Jesús cuando sus discípulos no se las lavaron.
Pero Él no ponía la importancia en estas cosas externas. Lo importante para Jesús era el corazón.
Tener el corazón limpio es más importante que tener las manos limpias.
No caigamos nosotros también en lo mismo de los fariseos. Miremos al corazón que, si está limpio, lo demás no tiene mayor importancia.
Que tengan un buen día.
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