Todos los domingos por la mañana, Eucaristía con los jóvenes

Todos los domingos por la mañana, Eucaristía con los jóvenes
Altar. Capilla Ntra Sra. del Rosario.

martes, 28 de febrero de 2017

EL PAPA EN SANTA MARTA

En las dificultades saber decir "Contento Señor, contento"

Durante la misa celebrada ayer lunes por la mañana en la residencia Santa Marta, donde vive, el Papa comentó el evangelio del día.

En estos días precedentes a la cuaresma la Iglesia “nos invita a reflexionar sobre la relación entre Dios y las riquezas”, en la parábola del joven rico, que elige las riquezas y no seguir a Jesús”.

El comentario de Jesús asusta un poco a los discípulos: “Cómo es difícil que un rico entre en el Reino de los cielos. Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja”.

El Evangelio de hoy  muestra a Pedro que interroga al Señor sobre aquellos han dejado todo. Como si “Pedro les pasase la cuenta al Señor”.
“Este se fue y ¿nosotros?. La respuesta de Jesús es: ‘Yo os digo: no hay ninguno que haya dejado todo sin que reciba todo’, con la medida desbordante con la cual Dios otorga sus dones”.
“No hay ninguno que haya dejado casa, hermanos o hermanas o madres o padres o hijos o campos por causa mía y por causa del Evangelio, que no reciba ahora en este tiempo cien veces tanto en casas, hermanos, hermanas, madres, campos y la vida eterna en el tiempo que vendrá’”.
“Todo. El Señor no sabe dar menos que todo. Cuando Él dona algo, se dona así mismo, que es todo”.
Entretanto hay una palabra en este pasaje del Evangelio, ‘junto a persecuciones’.
Esto es otro modo de pensar, porque “la plenitud de Dios es una plenitud aniquilada en la cruz”. “No es fácil, no es fácil esto”.
¿Cuál es la señal que yo voy adelante en este dar todo y recibir todo?,
En la Primera Lectura: ‘Glorifica al Señor con el ojo atento. En cada ofrenda muestra alegre tu rostro, con alegría, consagra tu diezmo. Da al Altísimo según el don de Él recibido y con el ojo contento según tu voluntad’. Ojo contento, alegre en el rostro, alegría, contento”.
En cambio al joven rico “se le obscureció el rostro y se fue entristecido”, porque no fue capaz de recibir” esta plenitud aniquilada”.
Pidamos al Señor que nos enseñe a ir por ese camino de la plenitud aniquilada de Jesucristo y decir siempre y sobre todo en las dificultades. “Contento, Señor, contento”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario