Hay reconocimiento hacia el Santo Padre porque supo distinguir entre religión y terrorismo
Los atentados en Egipto no detendrán al papa Francisco que mantiene su intención de viajar a este país el 28 y 29 de abril.
El atentado “provoca consternación y un gran sufrimiento, pero no podrá impedir que el Papa desarrolle su misión”. Es evidente que las agresiones son “un ataque al diálogo y la paz” y “un mensaje indirecto a quien gobierna el país y contra la minoría cristiana que de alguna manera encontró en los últimos meses más libertad”.
Además el diálogo es un modo de aislar a los fundamentalistas y “desde el inicio del Isis el Papa ha distinguido entre los actos de terrorismo realizados por fanáticos, de la religión como tal. Siempre rechazó asociar el islam como tal al terrorismo”.
“Los terroristas podrán ser islámicos desviados, pero no la religión. Y esto le ha granjeado al Papa la gratitud de los musulmanes, por la honestidad de su posición”.
Además “muchas autoridades islámicas se han reunido con el Santo Padre para agradecérselo y muchos otros le han escrito admirados por su prestigiosa autoridad moral”.
El Papa insiste siempre, en que “quien trafica con armas tiene interés en provocar situaciones de tensión y de guerra para que estas armas se vendan más y ganar así más dinero” y “el Papa conoce lo que sucede, cual es la realidad y los lobby que participan en el juego”.
Por lo que se refiere al viaje en Egipto, “no es la primera vez que se plantean situaciones relativas a la seguridad y temor de atentados”, como “en África Central, por la situación local”.
“En Egipto aseguraron que todo irá bien. Vamos tranquilos. Sin escondernos de la realidad que a veces no es buena, el Papa invita a mirar al futuro con esperanza. Y como siempre quiere dar el ejemplo”.
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