VUESTRA TRISTEZA SE CONVERTIRÁ EN ALEGRÍA
Nuestra vida debe estar radicalmente anclada en la
alegría. Dios nos quiere alegres y Jesús vino a traernos la mayor alegría de
nuestras vidas.
Nuestra tristeza ante su partida hacia al Padre se
convierte en alegría al saber que vendrá el Espíritu a ofrecernos la vida de la
Iglesia.
No nos quiere tristes, siempre atento a todo aquello que
nos puede hacer falta y que nos puede hacer estar más alegres. Se va al Padre,
pero, en su amor infinito por nosotros, nos deja al Espíritu.
Que tengan un buen día.
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