Todos los domingos por la mañana, Eucaristía con los jóvenes

Todos los domingos por la mañana, Eucaristía con los jóvenes
Altar. Capilla Ntra Sra. del Rosario.

miércoles, 29 de enero de 2014

ACCIÓN DE GRACIAS AL DOMINGO IV DEL TIEMPO ORDINARIO.



Gracias, Señor, porque proclamándolos dichosos,
asignas el reino de Dios y devuelves la dignidad y la esperanza
a todos los que el mundo tiene por últimos e infelices:
los pobres y los humildes, los que lloran y los que sufren,
los que tienen hambre y sed inagotables de fidelidad a Dios,
los misericordiosos que saben perdonar a quienes les ofenden,
los que proceden con un corazón limpio, noble y sincero,
los que fomentan la paz en torno y desechan la violencia,
los que son perseguidos por servir a Dios y al evangelio.

Tú fuiste, Señor Jesús, el primero en realizar tal programa.
Tú eres nuestro ejemplo y nuestra fuerza. ¡Bendito seas, Señor! Amén.

(Tomado de B. Caballero: La Palabra cada Domingo, San Pablo, España, 1993, p. 120)

LECTURAS DEL IV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO (A)


PRIMERA LECTURA

Dejaré en medio de ti un pueblo pobre y humilde

Lectura de la profecía de Sofonías 2, 3; 3, 12-13
Buscad al Señor, los humildes, que cumplís sus mandamientos; buscad la justicia, buscad la moderación, quizá podáis ocultaros el día de la ira del Señor. 
«Dejaré en medio de ti un pueblo pobre y humilde, que confiará en el nombre del Señor. 
El resto de Israel no cometerá maldades, ni dirá mentiras, ni se hallará en su boca una lengua embustera; pastarán y se tenderán sin sobresaltos.»

Palabra de Dios.


Salmo responsorial 
Sal 145, 7. 8-9a. 9bc-10 (R.: Mt 5, 3)
R. Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente, él hace justicia a los oprimidos, él da pan a los hambrientos. El Señor liberta a los cautivos. R.
El Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los que ya se doblan, el Señor ama a los justos, el Señor guarda a los peregrinos. R.
Sustenta al huérfano y a la viuda y trastorna el camino de los malvados. El Señor reina eternamente, tu Dios, Sión, de edad en edad. R.

SEGUNDA LECTURA
Dios ha escogido lo débil del mundo

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1, 26-31
Fijaos en vuestra asamblea, hermanos, no hay en ella muchos sabios en lo humano, ni muchos poderosos, ni muchos aristócratas; todo lo contrario, lo necio del mundo lo ha escogido Dios para humillar a los sabios, y lo débil del mundo lo ha escogido Dios para humillar el poder. 
Aún más, ha escogido la gente baja del mundo, lo despreciable, lo que no cuenta para anular a lo que cuenta, de modo que nadie pueda gloriarse en presencia del Señor. 
Por él vosotros sois en Cristo Jesús, en este Cristo que Dios ha hecho para nosotros sabiduría, justicia, santificación y redención. 
Y así -como dice la Escritura- «el que se gloríe, que se gloríe en el Señor».

Palabra de Dios.

Aleluya Mt 5, l2a
Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. 


EVANGELIO
Dichosos los pobres en el espíritu


+ Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 1-12a
En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles:
«Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. 
Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. 
Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. 
Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. 
Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. 
Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. 
Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. 
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. 
Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.
Palabra de Dios




LOS "TWEETS" DEL PAPA FRANCISCO LLEGAN A 60 MILLONES DE PERSONAS EN EL MUNDO.

Mensajes del Papa Francisco llegan a 60 millones de personas por Twitter
ROMA, 26 Ene.- Con motivo de la presentación del primer mensaje del Papa para la 48ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, el Presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, Mons. Claudio Maria Celli, señaló que los mensajes emitidos por el Papa Francisco en la red de microblogging Twitter, pueden alcanzar a 60 millones de personas.

“Hoy día los seguidores en Twitter del Santo Padre superan los 11 millones, y lo que más nos anima es la posibilidad de retuitear un simple tweet del Santo Padre, de manera que es de presumir que al menos 60 millones de personas podrían estar recibiendo el mensaje del Santo Padre”, señaló Mons. Celli.

Hasta el momento el Santo Padre ha compartido en la red social 247 “tweets” –mensajes de 140 caracteres-, que a su vez, cada día son “retuiteados” –rebotados-, por sus seguidores. De este modo el mensaje se difunde de manera exponencial llegando a muchos más usuarios.

Según Mons. Celli la presencia del Pontífice en la red de redes ofrece un gran desafío y una gran oportunidad para anunciar el Evangelio, abriendo un nuevo diálogo de la Iglesia con las demás religiones y culturas y marcando un nuevo punto de partida para la Nueva Evangelización.

“Dentro de un fenómeno de desertificación espiritual creciente es muy importante recibir al menos una gota de agua fresca, pura, que anima y alienta mi vida espiritual”, dijo.

La autoridad vaticana también resaltó que el Papa Francisco es un gran comunicador que une el mensaje con el gesto, y que tiene una gran capacidad de entrar en sintonía con las personas, invitando a todos a reflexionar sobre las exigencias de una Iglesia, dirigidas hacia la búsqueda del hombre y la mujer y “teniendo la capacidad de calentar su corazón”.

Por último, Mons. Celli expresó que la intención del Papa con su forma de comunicarse es hacer reflexionar a la Iglesia sobre su necesidad de ir en busca de los hombres y mujeres de hoy, para acompañarlos en los desafíos que se les presentan.

“El Papa quiere una Iglesia capaz de calentar el corazón del hombre...el corazón de un hombre a veces cansado, solo, víctima de mil problemas...un hombre que a veces tiene dificultad a entender el grande mensaje de amor del Padre. Es una Iglesia que tiene que redescubrir nuevas perspectivas comunicativas”, concluyó.

miércoles, 22 de enero de 2014

ACCIÓN DE GRACIAS AL III DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO (A)


Padre nuestro del cielo, hoy nuestra plegaria
se centra en el deseo de Cristo al pedirte ardientemente
la unidad total de cuantos por el ancho mundo creemos en ti.
Solamente tú puedes lograr lo que parece imposible:
que los hermanos esperados nos unamos en una sola Iglesia,
formando un solo rebaño bajo la guía de un solo pastor.

Todos hemos sido bautizados en un mismo Espíritu
para constituir un solo cuerpo, el cuerpo eclesial de Cristo.
Ayúdanos a mantener la unidad de la fe con el vínculo de la paz,
porque una sola es la meta de la esperanza de la vocación
a la que tú nos llamas en Jesucristo nuestro Señor.

Amén.


(Tomado de B. Caballero: La Palabra cada Domingo, San Pablo, España, 1993, p. 117)

LECTURAS DEL DOMINGO III DEL TIEMPO ORDINARIO (A)

PRIMERA LECTURA

En la Galilea de los gentiles el pueblo vio una luz grande

Lectura del libro de Isaías 8, 23b-9, 3


En otro tiempo el Señor humilló el país de Zabulón y el país de Neftalí; ahora ensalzará el camino del mar, al otro lado del Jordán, la Galilea de los gentiles.
El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierra de sombras, y una luz les brilló. 
Acreciste la alegría, aumentaste el gozo; se gozan en tu presencia, como gozan al segar, como se alegran al repartirse el botín. 
Porque la vara del opresor, y el yugo de su carga, el bastón de su hombro, los quebrantaste como el día de Madián.

Palabra de Dios.


Salmo responsorial 

Sal 26, 1. 4. 13-14 (R.: la)
R. El Señor es mi luz y mi salvación.

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? R.

Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor, contemplando su templo. R.
Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor. R.

SEGUNDA LECTURA
Poneos de acuerdo y no andéis divididos

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1, 10-13. 17


Os ruego, hermanos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo: poneos de acuerdo y no andéis divididos. Estad bien unidos con un mismo pensar y sentir. 
Hermanos, me he enterado por los de Cloe que hay discordias entre vosotros. Y por eso os hablo así, porque andáis divididos, diciendo: «Yo soy de Pablo, yo soy de Apolo, yo soy de Pedro, yo soy de Cristo. » 
¿Está dividido Cristo? ¿Ha muerto Pablo en la cruz por vosotros? ¿Habéis sido bautizados en nombre de Pablo? 
Porque no me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el Evangelio, y no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo.
Palabra de Dios.


Aleluya Mt 4, 23


Jesús proclamaba el Evangelio del reino, curando las dolencias del pueblo. 

EVANGELIO
Se estableció en Cafarnaún. Así se cumplió lo que había dicho Isaías

+ Lectura del santo evangelio según san Mateo 4, 12-23


Al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan, se retiró a Galilea. Dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí. Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías: 
«País de Zabulón y país de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. 
El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló.» 
Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo:
-«Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.»
Pasando junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores. 
Les dijo:
-«Venid y siguidme, y os haré pescadores de hombres.»
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Y, pasando adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes. con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también. 
Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo.


Palabra del Señor.

LA CONFIANZA EN EL SEÑOR ES LA CLAVE DEL ÉXITO EN LA VIDA, DICE EL PAPA FRANCISCO

Foto ACI Prensa
Foto ACI Prensa
VATICANO, 20 Ene.- El Papa Francisco visitó ayer domingo por la tarde la parroquia romana del Sagrado Corazón de Jesús en la zona central de Castro Pretorio. El Santo Padre saludó a los fieles de la parroquia, a niños bautizados en los últimos meses junto a sus padres, parejas de recién casados y jóvenes familias.
El Papa pudo conocer la realidad de la zona al encontrar a algunos vagabundos y personas sin domicilio fijo que viven en las proximidades de la Estación Términi, la principal de Roma, y a un grupo de refugiados a los que dijo sentirse como en casa.
El Santo Padre confesó a cinco fieles y luego celebró una Misa. En su homilía, reflexionó sobre el pasaje del Evangelio en el que Juan bautiza a Jesús diciendo: "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo".
“Jesús es llamado el Cordero: es el Cordero que quita el pecado del mundo. Uno puede pensar: ¿Cómo puede un cordero débil quitar todos los pecados, tantos males? Con amor. Con suavidad. Jesús nunca ha dejado de ser un cordero: suave, amable, lleno de amor, cerca de los pequeños, cerca de los pobres… Ha tenido la fuerza necesaria para tomar sobre sí todos nuestros pecados”.
“Alguno podría decir: Pero, Padre, usted no conoce mi vida: tengo uno que..., ni siquiera con un camión se puede levantar. Muchas veces, cuando miramos nuestra conciencia, encontramos algunos que son grandes. Pero Él los carga. Él ha venido para esto: para perdonar, para dar paz al mundo, pero en primer lugar al corazón. Tal vez alguno de nosotros tiene un dolor en su corazón , tal vez tiene un corazón oscuro, tal vez se sienta un poco triste por una falla... Él ha venido a quitar todo esto, Él nos da la paz, perdona todo”.
“Muchas veces confiamos en un médico: está bien hacerlo, porque el médico está allí para curar; tenemos confianza en una persona: hermanos, hermanas, que nos pueden ayudar. Está bien tener esta confianza humana entre nosotros. Pero nos olvidamos de la confianza en el Señor: ésta es la clave del éxito en la vida. ¡La confianza en el Señor, encomendémonos al Señor!”
Y esta, concluyó, “es una apuesta que tenemos que hacer: confiar en Él, porque nunca decepciona. ¡Nunca, nunca! Escuchad bien, chicos y chicas, que iniciáis la vida: Jesús nunca decepciona”.
Al finalizar, el Papa encontró a la comunidad salesiana, que se encarga de la parroquia, al párroco Valerio Baresi, S.D.B., y a las hermanas Misioneras de Cristo Resucitado. Por último, y antes de volver al Vaticano, Francisco se detuvo para hablar con los jóvenes de la parroquia.

viernes, 17 de enero de 2014

ACCIÓN DE GRACIAS AL II DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO (A)


Hoy te bendecimos, Padre, porque Cristo Jesús, tu Hijo,
es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo;
por Él hemos recibido la redención, el perdón de los pecados.
Él es el cordero pascual de la liberación, que nos restaura
a nuestra imagen original, reflejo tuyo y vocación de santidad.

Gracias, Señor, por esto y por la misión que nos confías:
ser con Cristo signo y sacramento de tu amor al hombre.
Ayúdanos a mostrar en nuestra conducta de convertidos
que Jesús resucitado ha vencido el pecado e nuestra vida,
que hemos adoptado como nuestros sus criterios y actitudes.
y que todo nuestro empeño es que venga a nosotros tu reino.

Amén.


(Tomado de B. Caballero: La Palabra cada Domingo, San Pablo, España, 1993, p. 114)

jueves, 16 de enero de 2014

LECTURAS DEL II DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO (A)

 PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Isaías (49,3.5-6):
El Señor me dijo: «Tú eres mi siervo, de quien estoy orgulloso.» Y ahora habla el Señor, que desde el vientre me formó siervo suyo, para que le trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel –tanto me honró el Señor, y mi Dios fue mi fuerza–: «Es poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob y conviertas a los supervivientes de Israel; te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra.»
Palabra de Dios

SALMO

Sal 39,2.4ab.7-8a.8b-9.10

R/.
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad

Yo esperaba con ansia al Señor;
él se inclinó y escuchó mi grito;
me puso en la boca un cántico nuevo,
un himno a nuestro Dios. R/.

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio,
entonces yo digo: «Aquí estoy.» R/.

Como está escrito en mi libro:
«Para hacer tu voluntad.»
Dios mío, lo quiero,
y llevo tu ley en las entrañas. R/.

He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios:
Señor, tú lo sabes. R/.

SEGUNDA LECTURA

Comienzo de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (1,1-3):
Yo, Pablo, llamado a ser apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, y Sóstenes, nuestro hermano, escribimos a la Iglesia de Dios en Corinto, a los consagrados por Cristo Jesús, a los santos que él llamó y a todos los demás que en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo, Señor de ellos y nuestro. La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo sean con vosotros.
Palabra de Dios

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Juan (1,29-34):

En aquel tiempo, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó: «Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Ése es aquel de quien yo dije: "Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo." Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel.»
Y Juan dio testimonio diciendo: «He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: "Aquél sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ése es el que ha de bautizar con Espíritu Santo." Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.»
Palabra del Señor

LOS ESCÁNDALOS SON ¡LA VERGUENZA DE LA IGLESIA!, CLAMA EL PAPA FRANCISCO

Foto ACI Prensa

VATICANO, 16 Ene. - Los escándalos en la Iglesia ocurren porque no hay una relación viva con Dios y con su Palabra. De esta forma, los sacerdotes “corruptos”, en vez de dar el pan de la vida, dan comida envenenada al santo pueblo de Dios, lo dijo el Papa Francisco en su homilía matutina durante la Misa que presidió esta mañana en la capilla de la Casa Santa Marta.
El Papa dijo que cuando los sacerdotes son corruptos, los que sufren son los fieles: “¡Pobre gente! ¡Pobre gente! No damos de comer el pan de la vida; no damos de comer - en aquellos casos - ¡la verdad! Y hasta damos de comer comida envenenada, tantas veces! ‘¡Despiértate, porque duermes Señor!’. ¡Que ésta sea nuestra oración! ‘¡Despierta! ¡No nos rechaces para siempre! ¿Por qué escondes tu rostro? ¿Por qué olvidas nuestra miseria y opresión?’. Pidamos al Señor no olvidar jamás la Palabra de Dios, que es viva, que entre en nuestro corazón y no olvidar jamás al santo pueblo fiel de Dios, ¡que nos pide un alimento fuerte!”.
Según señala Radio Vaticano, comentando la lectura del día y el salmo responsorial, que narran una dura derrota de los israelitas por obra de los filisteos, el Pontífice observó que el pueblo de Dios en aquella época había abandonado al Señor. Se decía que la Palabra de Dios era “rara” en aquel tiempo. El viejo sacerdote Elí era un “tibio” y sus hijos “corruptos, asustaban al pueblo y lo golpeaban”. Los israelitas para combatir contra los filisteos utilizan el arca de la alianza, pero como una cosa “mágica”, “una cosa externa”. Y son derrotados: el arca es tomada por los enemigos. No hay verdadera fe en Dios, en su presencia real en la vida:
“Este pasaje de la Escritura nos hace pensar en cómo es nuestra relación con Dios, con la Palabra de Dios: ¿es una relación formal? ¿Es una relación lejana? La Palabra de Dios entra en nuestro corazón, cambia nuestro corazón, tiene este poder o no, es una relación formal, ¿todo bien? ¡Pero el corazón está cerrado a aquella Palabra! Y nos lleva a pensar en tantas cosas de la Iglesia, en tantas derrotas del pueblo de Dios simplemente porque no siente al Señor, no busca al Señor, ¡no se deja buscar por el Señor! Y luego después de la tragedia, la oración: ‘Pero, Señor, ¿qué ha pasado? Nos haces el escarnio de nuestros vecinos, todos en derredor se burlan y se ríen. Servimos de escarmiento a las naciones, y los pueblos menean la cabeza”.
El Papa reflexionó luego sobre los escándalos de la Iglesia: “Pero ¿nos avergonzamos? Tantos escándalos que no quiero mencionar individualmente, pero que todos conocemos… ¡Sabemos cuáles! Escándalos, algunos que han costado tanto: ¡está bien! Se debe hacer así…. ¡La vergüenza de la Iglesia! ¿Pero nos hemos avergonzado de aquellos escándalos, de aquellas derrotas de sacerdotes, de obispos, de laicos?”
“La Palabra de Dios en aquellos escándalos era una cosa rara; en aquellos hombres y en aquellas mujeres la Palabra de Dios ¡era rara! ¡No tenían un lazo con Dios! Tenían una posición en la Iglesia, una posición de poder, también de comodidad. ¡Pero no la Palabra de Dios! ‘Pero, yo tengo una medalla’; ‘Yo llevo la Cruz’… ¡Si, como esos llevaban el arca! ¡Sin la relación viva con Dios y con la Palabra de Dios! Me viene a la mente aquella Palabra de Jesús para aquellos por los cuales vienen los escándalos… Y aquí el escándalo ha venido: toda una decadencia del pueblo de Dios, hasta la debilidad, a la corrupción de los sacerdotes”.

martes, 7 de enero de 2014

ACCIÓN DE GRACIAS A LA FESTIVIDAD DEL BAUTISMO DEL SEÑOR


Hoy te bendecimos a boca llena, Señor Dios nuestro,
porque en el bautismo de Jesús realizaste signos visibles
que anunciaban el nuevo bautismo en el agua y Espíritu,
e hiciste descender tu voz desde el cielo para que el mundo
creyese que tu Palabra, Cristo Jesús, habitaba entre nosotros.
Así lo ungiste con el Espíritu como Mesías elegido
y enviado a anunciar la salvación a los pobres. ¡Gracias!
 
Gracias, Señor, también por nuestro propio bautismo
que nos incorpora a Cristo, a su muerte al pecado y
a su resurrección a la vida nueva que de ti recibimos
por medio de Jesús, tu hijo y nuestro hermano mayor.
 
Amén.

FESTIVIDAD DEL BAUTISMO DEL SEÑOR (A)

PRIMERA LECTURA

Mirad a mi siervo, a quien prefiero

Lectura del libro de Isaías 42, 1-4. 6-7
Así dice el Señor:  «Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero.
Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones.
No gritará, no clamará, no voceará por las calles.
La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará.    Promoverá fielmente el derecho, no vacilará ni se quebrará, hasta implantar el derecho en la tierra, y sus leyes que esperan las islas. Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he cogido de la mano, te he formado, y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones.
Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan las tinieblas.»
Palabra de Dios.

Salmo responsorial
Sal 28, la y 2. 3ac-4. » y 9b-10 (R.: Ilb)
R. El Señor bendice a su pueblo con la paz. 


Hijos de Dios, aclamad al Señor, aclamad la gloria del nombre del Señor, postraos ante el Señor en el atrio sagrado. R.

La voz del Señor sobre las aguas, el Señor sobre las aguas torrenciales. La voz del Señor es potente, la voz del Señor es magnífica. R.

El Dios de la gloria ha tronado. En su templo un grito unánime: «¡Gloria!» El Señor se sienta por encima del aguacero, el Señor se sienta como rey eterno. R.


SEGUNDA LECTURA
Ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 10, 34-38 
En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:

-«Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su palabra a los israelitas, anunciando la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos.
Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.»
Palabra de Dios.

Aleluya Cf. Mc 9, 7

Se abrió el cielo, y se oyó la voz del Padre: «Éste es mi Hijo amado; escuchadlo.» 

EVANGELIO 
Apenas se bautizó Jesús, vio que el Espíritu de Dios se posaba sobre él

+ Lectura del santo evangelio según san Mateo 3, 13-17
En aquel tiempo, fue Jesús de Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo bautizara.
Pero Juan intentaba disuadirlo, diciéndole:
-«Soy yo el que necesito que tú me bautices, ¿y tú acudes a mí?»
Jesús le contestó:
-«Déjalo ahora. Está bien que cumplamos así todo lo que Dios quiere. »
Entonces Juan se lo permitió. Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrió el cielo y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Y vino una voz del cielo que decía: «Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto.»
Palabra de Dios


VIGILAR EL CORAZÓN PARA DISTINGUIR LO QUE SÍ VIENE DE DIOS, EXHORTA EL PAPA.

Foto ACI Prensa
Foto ACI Prensa
VATICANO, 07 Ene. 14 / 10:12 am.- El Papa Francisco retomó hoy, martes 7 de enero, tras las fiestas navideñas, la misa matutina celebrada en la capilla de la Casa Santa Marta. El Pontífice desarrolló su homilía sobre el "permanezcan en el Señor", la exhortación que hace el apóstol Juan en la primera lectura de hoy.
"El cristiano sabe vigilar su corazón para distinguir lo que viene de Dios y lo que viene de los falsos profetas", recordó el Santo Padre e insistió en que la vida de Jesús es la del servicio y de la humildad. "Un camino que todos los cristianos están llamados a seguir", afirmó.
Un "consejo de vida" que Juan repite de forma "casi obsesiva". El Apóstol indica "una de las actitudes del cristiano que quiere permanecer en el Señor: conocer qué sucede en el propio corazón". Por esto advierte sobre no prestar fe a cualquier espíritu, sino de poner "a prueba a los espíritus".
El Papa invitó a saber "discernir los espíritus", discernir si una cosa nos hace "permanecer en el Señor o nos aleja de Él". Así, Francisco señaló que "nuestro corazón siempre tiene deseos, tiene anhelos, tiene pensamientos". Pero se preguntó, "¿estos son del Señor o algunos de estos nos alejan del Señor?". Por eso el apóstol Juan nos exhorta a "poner a prueba" lo que pensamos y deseamos: "Si esto va en la línea del Señor, así irá bien, pero si no va…"
"Poner a prueba los espíritus para ver si son verdaderamente de Dios, porque muchos falsos profetas proceden del mundo. Profetas y profecías o propuestas: '¡Yo quiero hacer esto!' Pero no te lleva al Señor, te aleja de Él. Por esto es necesaria la vigilancia".
"El cristiano es un hombre o una mujer que sabe vigilar su corazón. Y muchas veces nuestro corazón, con tantas cosas que van y vienen, parece un mercado local: de todo, encuentras de todo allí ¡Y no! Debemos saber -esto es del Señor y esto no lo es- para permanecer en el Señor".
Por tanto, "¿cuál es el criterio para entender si algo viene de Cristo o del anticristo?". El Papa afirmó que San Juan tiene una idea clara y sencilla: "todo espíritu que reconoce a Jesucristo, venido en la Carne, es de Dios. Todo espíritu que no reconoce a Jesús no es de Dios: es el espíritu del anticristo". Pero, "¿qué quiere decir reconocer que el Verbo ha venido en Carne?". El Pontífice explicó que "reconocer el camino de Jesucristo", reconocer que Él, "siendo Dios, se abajó, se humilló" hasta la "muerte de cruz".
Así lo indicó Francisco: "Ese es el camino de Jesucristo, el abajamiento, la humildad, también la humillación. Si un pensamiento, si un deseo te lleva sobre ese camino de humildad, de abajamiento, de servicio a los demás, es de Jesús. Pero si te lleva sobre el camino de la suficiencia, de la vanidad, del orgullo, sobre el camino de un pensamiento abstracto, no es de Jesús".
"Pensemos en las tentaciones de Jesús en el desierto: las tres propuestas que hace el demonio a Jesús son propuestas que querían alejarlo de este camino, el camino del servicio, de la humildad, la humillación, la caridad. Pero la caridad hecha con su vida ¿no? A las tres tentaciones Jesús dice no: 'No, este no es mi camino'".
Por ello, el Santo Padre invitó a todos a pensar precisamente en lo que sucede en nuestro corazón. En lo que pensamos y sentimos, en qué queremos, a examinar los espíritus. "¿Yo pongo a prueba lo que pienso, lo que quiero, lo que deseo o lo tomo todo?", preguntó.
"Muchas veces, nuestro corazón es un camino, pasan todos por allí... Poner a prueba. ¿Y elijo siempre las cosas que vienen de Dios? ¿Sé cuáles son las que vienen de Dios? ¿Conozco el verdadero criterio para discernir mis pensamientos, mis deseos?"
"Pensemos esto - concluyó - y no olvidemos que el criterio es la Encarnación del Verbo. El Verbo vino a la carne: ¡esto es Jesucristo! Jesucristo que se hizo hombre, Dios hecho hombre, se abajó, se humilló por amor, para servirnos a todos nosotros. Y el apóstol Juan nos conceda la gracia de conocer qué sucede en nuestro corazón y tener la sabiduría de discernir lo que viene de Dios y lo que no viene de Dios".

jueves, 2 de enero de 2014

LECTURAS DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR (A)

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Isaías (60,1-6)
¡Levántate, brilla, Jerusalén, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti! Mira: las tinieblas cubren la tierra, y la oscuridad los pueblos, pero sobre ti amanecerá el Señor, su gloria aparecerá sobre ti. Y caminarán los pueblos a tu luz, los reyes al resplandor de tu aurora. Levanta la vista en torno, mira: todos ésos se han reunido, vienen a ti; tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos. Entonces lo verás, radiante de alegría; tu corazón se asombrará, se ensanchará, cuando vuelquen sobre ti los tesoros del mar y te traigan las riquezas de los pueblos. Te inundará una multitud de camellos, de dromedarios de Madián y de Efá. Vienen todos de Saba, trayendo incienso y oro, y proclamando las alabanzas del Señor.
Palabra de Dios.
Salmo Sal 71
R/.
Se postrarán ante ti, Señor,
todos los pueblos de la tierra


Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. R/.

Que en sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
que domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra. R/.

Que los reyes de Tarsis y de las islas le paguen tributo.
Que los reyes de Saba y de Arabia le ofrezcan sus dones;
que se postren ante él todos los reyes,
y que todos los pueblos le sirvan. R/.

Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres. R/.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (3,2-3a.5-6)

Habéis oído hablar de la distribución de la gracia de Dios que se me ha dado en favor vuestro. Ya que se me dio a conocer por revelación el misterio, que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, como ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: que también los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la promesa en Jesucristo, por el Evangelio.
Palabra de Dios.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Mateo (2,1-12)

Jesús nació en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes. Entonces, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: «¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo.»
Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó, y todo Jerusalén con él; convocó a los sumos sacerdotes y a los escribas del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías.
Ellos le contestaron: «En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: "Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres ni mucho menos la última de las ciudades de Judá, pues de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel."»
Entonces Herodes llamó en secreto a los magos para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén, diciéndoles: «Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo.»
Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino.
Palabra del Señor.

LA MADRE DEL REDENTOR NOS PRECEDE Y NOS CONFIRMA EN LA FE, DICE EL PAPA.

 

Papa Francisco. Foto: ACI Prensa
VATICANO, 01 Ene. 14 / 10:10 am- Al celebrar la Misa en la Solemnidad de María Santísima Madre de Dios, el Papa Francisco señaló que la Virgen María, Madre de Jesús, nos precede y continuamente nos confirma en la fe.

“La Madre del Redentor nos precede y continuamente nos confirma en la fe, en la vocación y en la misión. Con su ejemplo de humildad y de disponibilidad a la voluntad de Dios nos ayuda a traducir nuestra fe en un anuncio del Evangelio alegre y sin fronteras”.

A continuación, Texto completo de la homilía del Papa Francisco:

“La primera lectura que hemos escuchado nos propone una vez más las antiguas palabras de bendición que Dios sugirió a Moisés para que las enseñara a Aarón y a sus hijos: ‘Que el Señor te bendiga y te proteja. Que el Señor haga brillar su rostro sobre ti y te muestre su gracia. Que el Señor te descubra su rostro y te conceda la paz’.

Es muy significativo escuchar de nuevo esta bendición precisamente al comienzo del nuevo año: ella acompañará nuestro camino durante el tiempo que ahora nos espera.

Son palabras de fuerza, de valor, de esperanza. No de una esperanza ilusoria, basada en frágiles promesas humanas; ni tampoco una esperanza ingenua, que imagina un futuro mejor sólo porque es futuro. Esta esperanza tiene su razón de ser precisamente en la bendición de Dios, una bendición que contiene el mejor de los deseos, el deseo de la Iglesia para todos nosotros, impregnado de la protección amorosa del Señor, de su ayuda providente.

El deseo contenido en esta bendición se ha realizado plenamente en una mujer, María, por haber sido destinada a ser la Madre de Dios, y se ha cumplido en ella antes que en ninguna otra criatura.

Madre de Dios. Este es el título principal y esencial de la Virgen María. Es una cualidad, un papel, que la fe del pueblo cristiano siempre ha experimentado, en su tierna y genuina devoción por nuestra madre celestial.

Recordemos aquel gran momento de la historia de la Iglesia antigua, el Concilio de Éfeso, en el que fue definida con autoridad la divina maternidad de la Virgen. La verdad sobre la divina maternidad de María encontró eco en Roma, donde poco después se construyó la Basílica de Santa María ‘la Mayor’, primer santuario mariano de Roma y de todo occidente, y en el cual se venera la imagen de la Madre de Dios —la Theotokos— con el título de Salus populi romani.

Se dice que, durante el Concilio, los habitantes de Éfeso se congregaban a ambos lados de la puerta de la basílica donde se reunían los Obispos, gritando: ‘¡Madre de Dios!’. Los fieles, al pedir que se definiera oficialmente este título mariano, demostraban reconocer ya la divina maternidad. Es la actitud espontánea y sincera de los hijos, que conocen bien a su madre, porque la aman con inmensa ternura.

Pero es más, es el sensus fidei del santo pueblo de Dios que jamás, en su unidad, jamás se equivoca, el santo Pueblo de Dios.

María está desde siempre presente en el corazón, en la devoción y, sobre todo, en el camino de fe del pueblo cristiano. ‘La Iglesia… camina en el tiempo… Pero en este camino - deseo destacarlo - procede recorriendo de nuevo el itinerario realizado por la Virgen María’, y por eso la sentimos particularmente cercana a nosotros.

Por lo que respecta a la fe, que es el quicio de la vida cristiana, la Madre de Dios ha compartido nuestra condición, ha debido caminar por los mismos caminos que recorremos nosotros, a veces difíciles y oscuros, ha debido avanzar en ‘la peregrinación de la fe’.

Nuestro camino de fe está unido de manera indisoluble a María desde el momento en que Jesús, muriendo en la cruz, nos la ha dado como Madre diciendo: ‘He ahí a tu madre’. Estas palabras tienen un valor de testamento y dan al mundo una Madre. Desde ese momento, la Madre de Dios se ha convertido también en nuestra Madre.

En aquella hora en la que la fe de los discípulos se agrietaba por tantas dificultades e incertidumbres, Jesús les confió a aquella que fue la primera en creer, y cuya fe no decaería jamás. Y la ‘mujer’ se convierte en nuestra Madre en el momento en el que pierde al Hijo divino. Y su corazón herido se ensancha para acoger a todos los hombres, buenos y malos, todos, y los ama como los ama Jesús.

La mujer que en las bodas de Caná de Galilea había cooperado con su fe a la manifestación de las maravillas de Dios en el mundo, en el Calvario mantiene encendida la llama de la fe en la resurrección de su Hijo, y la comunica con afecto materno a los demás. María se convierte así en fuente de esperanza y de verdadera alegría.

La Madre del Redentor nos precede y continuamente nos confirma en la fe, en la vocación y en la misión. Con su ejemplo de humildad y de disponibilidad a la voluntad de Dios nos ayuda a traducir nuestra fe en un anuncio del Evangelio alegre y sin fronteras. De este modo nuestra misión será fecunda, porque está modelada sobre la maternidad de María.

A ella confiamos nuestro itinerario de fe, los deseos de nuestro corazón, nuestras necesidades, las del mundo entero, especialmente el hambre y la sed de justicia, de paz y de Dios; y la invocamos todos juntos, imitando a nuestros hermanos de Éfeso. Digamos juntos por tres veces: ¡Santa Madre de Dios! ¡Santa Madre de Dios! ¡Santa Madre de Dios! Amén”.

REFLEXIÓN A LAS LECTURAS DEL II DOMINGO DESPUÉS DE NAVIDAD (A)

 

La Palabra encarnada, Jesucristo, es un don del Padre. En esta frase intento resumir el sentido de la liturgia de este segundo domingo después de Navidad. El Padre nos ha bendecido con toda clase de bienes espirituales, entre los que sobresale el don mesiánico, por medio de Cristo (segunda lectura). En la historia de las bendiciones divinas, que corresponde con la historia del hombre, Dios se ha dado como don de Sabiduría, primeramente al pueblo de Israel (primera lectura) y luego al pueblo cristiano, ya que Jesucristo es Sabiduría de Dios, el único que ha visto a Dios y que nos lo puede revelar (Evangelio). En esa misma larga historia, Dios se nos ha dado como Palabra eterna, que ha tomado carne mortal en Jesús de Nazaret (Evangelio).
Mensaje doctrinal
1. Don para Israel, don para el mundo. Nada hay más extraordinario que el hecho de que Dios haya querido ser don para el hombre. No se trata de darle cosas, objetos materiales. Eso ya sería grande, pero se queda chico ante la maravilla de un Dios, don de Sí mismo. En la historia de las relaciones de Dios con el hombre, primeramente es un don que se encarna bajo la forma de sabiduría. Es una sabiduría divina, la que hallamos en la primera lectura. Preexistía cerca de Dios y ha salido de su boca, y a la vez ha puesto su tienda en Jerusalén y tiene su lugar de reposo en Israel. Es decir, en medio de la sabiduría humana, tan extraordinaria, de los pueblos circunvecinos, como Mesopotamia y Egipto, Israel goza de una sabiduría superior, por la que Dios le revela sus designios y proyectos y le manifiesta el sentido de las cosas y de la historia. Con el paso de los siglos, al llegar el momento culminante de toda la historia, se verifica un cambio singular: Dios no se da sólo como don espiritual (sabiduría), sino personal (encarnación del Verbo, de la Palabra de Dios). Ningún signo de admiración es capaz de expresar este don excepcional. Que Dios rasgue el misterio de su trascendencia, entre en la historia y se nos dé en una creatura humana recién nacida, ¿quién lo podrá comprender? (Evangelio). No bastará la eternidad para sorprendernos ante este gran misterio. No es una "necesidad" de Dios; no se siente obligado por nadie; no le perfecciona en su divinidad. Sólo el amor lo explica, el amor que es difusivo y generoso. Además no sólo es un don personal, es también un don universal, mundial. "Luz para todas las naciones". Mientras exista la historia, Dios será un don para todos, sin distinción alguna. Los hombres podrán decir: "No lo quiero", "No lo necesito", pero jamás podrán pronunciar con sus labios: "Estoy excluido", "No es para mí". Jesucristo es el don del Padre para toda la humanidad.

2. Un don en plenitud. Son hermosas las imágenes que utiliza el Sirácida para comunicarnos esa plenitud: la sabiduría, recurriendo a imágenes vegetales, dice de sí misma que es como un cedro del Líbano, como palmera de Engadí, como un rosal de Jericó o un frondoso terebinto. También echa mano de imágenes aromáticas para describir, con distintos lenguajes, la misma plenitud: el aroma del laurel indiano (cinamomo), el perfume del bálsamo o de la mirra, el olor penetrante del gálbano, ónice y el estacte; sobre todo, el incienso que humea en el templo, y en cuya composición entran todos los aromas aquí mencionados. La belleza y elegancia de los árboles, la frescura y colorido del rosal, la intensidad de los perfumes se aúnan para subrayar la plenitud del don divino de la sabiduría. El Evangelio es más sobrio en imágenes, pero más rico en significado. Habla de la "gloria del Hijo único del Padre, LLENO de gracia y de verdad" y, poco después, "de su PLENITUD todos hemos recibido gracia sobre gracia". Y el himno de la carta a los efesios, ¿no se refiere a la plenitud del hombre cuando dice que "Dios nos ha destinado a ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo? La grandeza y plenitud del don nos remiten a la grandeza y plenitud del Donante. ¡Nobleza obliga a agradecer!
Sugerencias pastorales
1. Un don venido de lejos. No son los astros distantes los que, después de muchos años o siglos, nos regalan sus rayos de luz; no es la tierra la que, en rincones tan diversos y lejanos, ofrece al hombre la prodigalidad de sus minerales o de sus frutos vegetales; no es el hombre quien nos dona su creatividad, su trabajo, su genio. Todas estas realidades pertenecen al mundo creado. El Don nos viene del mundo y de la distancia increados, del más allá de toda creatura, del Dios trascendente. Jesucristo, el Don de Dios, viene de lejos, pero se introduce en el corazón de los acontecimientos y del ser humano hasta el punto de ser uno más entre los hombres. Aquí radica nuestra perplejidad. Lo vemos tan igual a nosotros, que se nos puede ocurrir pensar que no viene desde el mundo de Dios. En brazos de su Madre nada hay que lo muestre divino. Y desgraciadamente en no pocas ocasiones los hombres, del hecho de no aparecer como Dios, concluimos que ni puede serlo ni lo es. Diremos que es un gran personaje de la historia, que su personalidad es enormemente seductora, que su moral es de una altura y nobleza grandiosas, que su capacidad de arrastre es imponente, que es una paradoja viviente al ser el más amado y el más odiado de los nacidos de mujer... Pero en nuestro razonamiento no podemos llegar a la afirmación fundamental: "Es un Don de Dios, venido del mismo mundo de Dios". Al venir al mundo y hacerse hombre, ha venido a quedarse con nosotros; a la vez, estando con nosotros, pero proviniendo del mundo de Dios, ha venido a llevarnos con Él al mundo lejano del cual ha salido, el mundo desconocido, pero que es nuestra patria verdadera y definitiva. ¿Aceptamos con fe y con amor este Don cercano, como lo es un niño, pero trascendente, como el mismo Dios?

2. Testigos del don divino. Juan, el Bautista, es llamado en el Evangelio "testigo de la luz, a fin de que todos crean por Él". Testigo Juan, de esa luz, de esa sabiduría divina que es Jesucristo. Siguiendo al Bautista, todos en cierta manera estamos llamados a ser testigos del don divino, Jesucristo. El mundo creerá si aumentan los testigos de Cristo. Y si la fe disminuye en nuestro país, ¿no será porque han disminuido los testigos? Los maestros pueden aclarar la verdad del Don divino, mas los testigos hacen la verdad, y haciéndola la acreditan y garantizan. Cristo, Don de Dios para el hombre, necesita de testigos. Niños, testigos de Cristo para los niños y para los mayores; jóvenes, testigos de Cristo para los jóvenes y los no tan jóvenes; adultos, testigos de Cristo para los adultos, y para los niños y jóvenes. Testigos convencidos y audaces, al estilo del Papa Juan Pablo II. Cristo necesita padres de familia que no tengan miedo de entregar la antorcha de su testimonio cristiano a sus hijos; educadores que sean testigos de Cristo para sus alumnos; párrocos que testimonien con su vida santa el Don de Cristo a todos sus feligreses. ¿Soy un auténtico testigo de Jesucristo? ¿Qué hago ya y qué más puedo hacer para que mi testimonio sea creíble y Dios lo haga eficaz
?

LECTURAS DEL SEGUNDO DOMINGO DESPUÉS DE NAVIDAD (A)



PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Eclesiástico 24, 1-2. 8-12

La Sabiduría hace el elogio de sí misma
y se gloría en medio de su pueblo,
abre la boca en al asamblea del Altísimo
y se gloría delante de su Poder:
«El Creador de todas las cosas me dio una orden,
el que me creó me hizo instalar mi carpa,
Él me dijo: "Levanta tu carpa en Jacob
y fija tu herencia en Israel".
El me creó antes de los siglos, desde el principio,
y por todos los siglos no dejaré de existir.
Ante Él, ejercí el ministerio en la Morada santa,
y así me he establecido en Sión;
Él me hizo reposar asimismo en la Ciudad predilecta,
y en Jerusalén se ejerce mi autoridad.
Yo eché raíces en un Pueblo glorioso,
en la porción del Señor, en su herencia».
Palabra de Dios.

SALMO Sal 147, 12-15. 19-20
R. La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros.
¡Glorifica al Señor, Jerusalén,
alaba a tu Dios, Sión!
El reforzó los cerrojos de tus puertas
y bendijo a tus hijos dentro de ti. R.
El asegura la paz en tus fronteras
y te sacia con lo mejor del trigo.
Envía su mensaje a la tierra,
su palabra corre velozmente. R.
Revela su palabra a Jacob,
sus preceptos y mandatos a Israel:
a ningún otro pueblo trató así
ni le dio a conocer sus mandamientos. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 1, 3-6. 15-18
Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en Cristo
con toda clase de bienes espirituales en el cielo,
y nos ha elegido en Él, antes de la creación del mundo,
para que fuéramos santos
e irreprochables en su presencia, por el amor.
Él nos predestinó a ser sus hijos adoptivos
por medio de Jesucristo,
conforme al beneplácito de su voluntad,
para alabanza de la gloria de su gracia,
que nos dio en su Hijo muy querido.
Por eso, habiéndome enterado de la fe que ustedes tienen en el Señor Jesús y del amor que demuestran por todos los hermanos, doy gracias sin cesar por ustedes, recordándolos siempre en mis oraciones.
Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, les conceda un espíritu de sabiduría y de revelación que les permita conocerlo verdaderamente. Que él ilumine sus corazones, para que ustedes puedan valorar la esperanza a la que han sido llamados, los tesoros de gloria que encierra su herencia entre los santos.
Palabra de Dios.

ALELUYA Cf. 1Tim 3, 16
Gloria a ti, oh Cristo, proclamado a los paganos;
gloria a ti, oh Cristo, creído en el mundo.
 
 
 
+ EVANGELIO de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 1, 1-5. 9-14
Al principio existía la Palabra,
y la Palabra estaba junto a Dios,
y la Palabra era Dios.
Al principio estaba junto a Dios.
Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra
y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe.
En ella estaba la vida,
y la vida era la luz de los hombres.
La luz brilla en las tinieblas,
y las tinieblas no la percibieron.
La Palabra era la luz verdadera
que, al venir a este mundo,
ilumina a todo hombre.
Ella estaba en el mundo,
y el mundo fue hecho por medio de ella,
y el mundo no la conoció.
Vino a los suyos,
y los suyos no la recibieron.
Pero a todos los que la recibieron,
a los que creen en su Nombre,
les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios.
Ellos no nacieron de la sangre,
ni por obra de la carne,
ni de la voluntad del hombre,
sino que fueron engendrados por Dios.
Y la Palabra se hizo carne
y habitó entre nosotros.
Y nosotros hemos visto su gloria,
la gloria que recibe del Padre como Hijo único,
lleno de gracia y de verdad.
Palabra del Señor.