VATICANO, 07 Jun. 15 - Una larga caminata que el Papa Francisco quiso bendecir y apoyar lanzando un mensaje a los jóvenes: “¡Canta y camina!”. En la noche del sábado al domingo, cien mil jóvenes recorrieron 27 kilómetros desde la localidad italiana de Macerata a la de Loreto, donde se encuentra el Santuario de la Virgen de Loreto.
Era la 37 edición de la peregrinación tradicional hacia el Santuario mariano.
El Papa animó a los jóvenes enviando un mensaje desde Sarajevo en la tarde del sábado, en el que les habló del significado de “caminar” y les pidió no “permanecer quietos” porque entonces uno “se corrompe” y “no sirve”.
Si caen, deben levantarse porque “existe la misericordia de Dios” y se puede recomenzar, dijo.
“La peregrinación es un símbolo de la vida, nos hace pensar que la vida es caminar, es un camino” y “si una persona no camina y se queda quieta, no sirve, no hace nada”, dijo en su mensaje.
Es como “cuando el agua no está en el río, no avanza, está quieta, se corrompe”. De la misma manera, “un alma que no camina en la vida haciendo el bien, haciendo tantas cosas que se deben hacer por la sociedad, por ayudar a los otros y también quien no camina por la vida buscando a Dios y que el Espíritu Santo te mueve de dentro, es un alma que termina en la mediocridad y en la miseria espiritual”. Así que “¡Por favor, no se paren en la vida!, les pidió.
El Santo Padre señaló a los jóvenes que “todos hemos tenido en la vida caídas, errores”, pero los alentó a que “si te has equivocado levántate rápidamente y continua caminando”.
Recordando a San Agustín, Francisco indicó que “caminar con alegría es también caminar cuando el corazón está triste”.
“Si tienen necesidad de parar, que sea para descansar un poco y tomar un poco de aliento para avanzar después”, por eso “¡Canta y camina!”.
No obstante, existe el peligro de equivocarse de camino porque “quien camina puede equivocarse de vía” pero “si uno se equivoca, regresa. Regresa porque existe la misericordia de Jesús”.
El lema de la peregrinación de los jóvenes a Lourdes es “Acariciados de la misericordia”, por lo que el Papa explicó que “la misericordia perdona todo, siempre espera, siempre te ama mucho”.
“Cada uno de ustedes conoce su propia historia. Todos conocemos la nuestra. ‘Eh, Padre, he caído tantas veces’. Me viene a la mente esa canción tan bonita de los ‘Alpini’ que dice: el arte de salir no es el de no caer, sino el de no permanecer caído. Canta y camina y si estás caído, levántate: existe la caricia de la misericordia de Jesús que perdona todo y allí está la alegría, la alegría del encuentro con Jesús”.
Francisco encomendó a los jóvenes otra tarea durante su caminata nocturna: “Piensen en su vida. ‘¿Qué debo hacer de mi vida?, ¿qué me dice Jesús que debo hacer de mi vida?, ¿qué tiene pensado el Señor para mí? ¿Hay alegría en mi corazón para cantar mientras camino?’ Si no hay alegría, ¡Búsquenla! El Señor te la dará, te la donará con su misericordia”.
Al despedirse, asegurándoles que se acordaría de ellos desde Sarajevo, el Papa deseó que “el ángel de la guardia de cada uno de ustedes les diga a la oreja: ‘¡canta y camina!’.
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