POR SUS FRUTOS LOS CONOCERÉIS
Un fruto es el resultado de un proceso que pasa por un
invierno creciendo "hacia adentro", abono, lluvias... luego llegan
las hojas, las flores y, por fin, los frutos.
Jesús utiliza este simbolismo para hablarnos de nuestra
vida espiritual. También en ella hay que crecer hacia adentro con la oración,
que se convertirá en abono para buenos frutos.
Los frutos de la vida cristiana siempre deben ser buenos
al seguir al Maestro bueno. Y nuestros frutos deben ser visibles para que todo
el que nos vea crea en Cristo a través de nuestro ejemplo.
Que tengan un buen día.
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