Cirilo y Metodio, eran hermanos, y discípulos de Jesús.
Recibieron el encargo de evangelizar lo que hoy conocemos como "paises del este de Europa".
Se encontraron con pueblos de los que tuvieron que aprender su lengua, muy extraña para ellos ya que carecía de "conexiones" con lenguas como el griego, el arameo, el latín y el árabe..
Pero, además, la lengua era hablada, carecía de escritura.
Para preservar la Palabra del Señor que ellos difundían y evitar las 'interpretaciones', que ya narra San Pablo se habían dado entre los pueblos llamados cultos, tenían dos alternativas: una era inviable (enseñar otra lengua a tantas gentes en diferentes regiones) y la otra era crear un alfabeto, con el que las enseñanzas de Jesús quedaran registradas tal y como ellos las transmitían. Y lo hicieron.
Crearon el alfabeto cirílico, que se sigue usando en la actualidad, asociando sonidos a caracteres. Algunos de esos caracteres se asemejan a los latinos y otros están escritos al revés para evitar confusiones.
Además de predicar, enseñaron el alfabeto cirílico y su lectura dejando así los textos del evangelio por escrito y facilitando su difusión entre aquellos pueblos.
Por esa titánica labor fueron reconocidos por las autoridades civiles como Patronos de Europa y Santos por la Iglesia.
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