Todos los domingos por la mañana, Eucaristía con los jóvenes

Todos los domingos por la mañana, Eucaristía con los jóvenes
Altar. Capilla Ntra Sra. del Rosario.

lunes, 27 de febrero de 2017

EL PAPA A LOS PÁRROCOS: "ESTÉN CERCA DE LOS JÓVENES QUE CONVIVEN, NO LOS ABANDONEN"

Los párrocos son los primeros interlocutores de la Iglesia con las familias, las uniones de hecho, uniones civiles, uniones fracasadas, los jóvenes que quieren casarse, felices e infelices. Por ello deben profundizar estos temas, para ser “compañeros de viaje de toda persona y en cualquier situación” con su testimonio y apoyo.

Deben estar cerca de aquellos jóvenes que prefieren convivir sin casarse: “Ellos, en el plano espiritual y moral, están entre los pobres y los pequeños, para los que Iglesia, sobre las huellas de su Maestro y Señor, quiere ser madre que no abandona sino que se acerca y por los que se preocupa”. Y añadió: “También estas personas son amadas por el corazón de Cristo. Tengan hacia ellos una mirada de ternura y de compasión”.
Estos temas, han sido profundizados en el Sínodo de los Obispos sobre el tema “Matrimonio y familia”, y elaborados de forma orgánica en la Exhortación apostólica Amoris laetitia, y los párrocos deben aplicarla concretamente en su contacto cotidiano con las familias.
También deben estar “cerca de aquellos cónyuges que, a causa de serios problemas en su relación, tienen necesidad de reavivar la fe y volver a descubrir la gracia del Sacramento; y en ciertos casos piden indicaciones para iniciar un proceso de nulidad”.
“Nadie mejor que ustedes conoce y está en contacto con la realidad del tejido social en el territorio, experimentando su variada complejidad: uniones celebradas en Cristo, uniones de hecho, uniones civiles, uniones fracasadas, familias y jóvenes felices e infelices”, invito a los párrocos a ser con su testimonio y apoyo “compañeros de viaje de toda persona y en toda situación”.
Deben dar testimonio de “la gracia del Sacramento del matrimonio y el bien primordial de la familia”, célula vital de la Iglesia y de la sociedad, proclamando que el matrimonio entre un hombre y una mujer es signo de la unión esponsal entre Cristo y la Iglesia.

“Tal testimonio lo realizan concretamente cuando preparan a los novios al matrimonio, haciéndolos conscientes del significado profundo del paso que están por cumplir. No dejen de recordar siempre a los esposos cristianos que en el Sacramento del matrimonio Dios, por así decir, se refleja en ellos, imprimiendo su imagen y el carácter indeleble de su amor”.


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