La experiencia nos hace entender que cuanto más cerca estamos de Jesús, más paz tenemos. Él es la paz, el pacífico, el pacificador de nuestras vidas.
La paz es un don que debemos llevar los cristianos allá donde vayamos. Debemos ofrecer paz a los corazones de las personas con las que estemos.
Ser también nosotros pacíficos y pacificadores, siendo abanderados de la cultura de la paz, esa paz que tanto falta en el mundo y en los corazones.
Que tengan un buen día.
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