Bendito
seas, Padre, porque cuidas de tu pueblo con amor
Y por medio de
Cristo lo proteges y le das vida en abundancia.
Tú ha constituido
a Jesús sacerdote y pastor de la Iglesia,
Y nadie podrá
arrebatarle las ovejas que tú le has encomendado.
Te damos
gracias porque Cristo confió su misión pastoral
A hombres
sacados del pueblo para transmitir tu palabra,
Administrar los
sacramentos y presidir la comunidad de fe,
Sirviendo a sus
hermanos con amor y solicitud pastoral.
Así perpetúa Jesús, el
Buen Pastor, su pastoreo entre nosotros.
Pero la mies es mucha
y los trabajadores son pocos.
Te pedimos, Señor, que envíes
vocaciones a tu Iglesia.
Amén.
(Tomado de B. Caballero: La Palabra cada domingo, San Pablo, España, 1995, p. 480)
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